El Papa a los ciclistas del Giro d’Italia: ustedes son modelos a seguir para los jóvenes


El domingo 1 de junio de 2025, el Papa León XIV recibió con entusiasmo a los 159 ciclistas que participaban en la etapa final del Giro de Italia, en un evento sin precedentes que llevó la competencia al corazón del Vaticano. Los corredores, provenientes de 29 países, ingresaron a la Ciudad del Vaticano a través de la Puerta Petriana, recorrieron los Jardines Vaticanos y pasaron frente a la Basílica de San Pedro, en una sección neutralizada de la etapa que ofreció un momento de reflexión y espiritualidad en medio de la exigente competencia.

Durante este recorrido simbólico, el Papa León XIV saludó a los ciclistas con una sonrisa y les impartió su bendición apostólica. En su mensaje, destacó que los deportistas son "modelos a seguir para los jóvenes", subrayando cómo el ciclismo ejemplifica valores como la perseverancia, el trabajo en equipo y el sacrificio. El Pontífice enfatizó que estos valores son fundamentales no solo en el deporte, sino también en la vida cotidiana, y que los atletas, a través de su dedicación y esfuerzo, inspiran a las nuevas generaciones a superar desafíos y a vivir con integridad.

Este homenaje también sirvió como tributo al Papa Francisco, quien falleció en abril de 2025. Originalmente, se había planificado que él diera inicio a la etapa final del Giro como parte del Año Santo, pero tras su fallecimiento, el evento se transformó en una emotiva conmemoración de su legado y su amor por el deporte como medio de unión y esperanza.

La etapa final del Giro concluyó en el Circo Máximo de Roma, donde el ciclista británico Simon Yates se coronó campeón de la edición 2025. Su victoria fue especialmente significativa, ya que representó una redención tras su desafortunado desempeño en la edición de 2018. Yates, de 32 años, logró mantener una estrategia meticulosa y un control energético que le permitió superar a sus competidores más jóvenes, como el mexicano Isaac Del Toro y el ecuatoriano Richard Carapaz.

Este evento marcó un hito en la historia del ciclismo y del Vaticano, simbolizando la intersección entre la fe, el deporte y la cultura. La participación del Papa León XIV y la inclusión del Vaticano en el recorrido del Giro de Italia reflejan un reconocimiento del deporte como una herramienta poderosa para la promoción de valores humanos y espirituales.

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