El Papa en Papúa Nueva Guinea: "Un pueblo que reza tiene futuro"


En su encuentro con las autoridades y la sociedad civil de Papúa Nueva Guinea, el Papa Francisco destacó el valor de la diversidad cultural y la importancia de un desarrollo equitativo basado en la justicia. En el marco de su visita apostólica a Asia y Oceanía, el Santo Padre se mostró cautivado por la riqueza étnica del archipiélago, donde coexisten más de 800 lenguas. “Imagino que esta enorme variedad sea un desafío para el Espíritu Santo, que crea la armonía de las diferencias”, señaló con simpatía ante un auditorio de más de 300 personas.

El Papa hizo un llamado urgente a las autoridades para garantizar que los recursos naturales, abundantes en la región, beneficien a toda la colectividad. “Estos bienes están destinados por Dios a toda la humanidad”, recordó, subrayando que la participación de multinacionales en su explotación debe tener en cuenta las necesidades locales.


En su mensaje, también enfatizó la necesidad de estabilidad institucional y el fin de la violencia tribal, un problema que sigue asolando a la población. “La violencia no permite vivir en paz ni progresar”, expresó, instando a un cambio hacia la cooperación y la concordia entre las etnias.

Francisco se refirió al conflicto no resuelto de la isla de Bougainville, que sigue buscando su independencia, y exhortó a la paz y el diálogo para encontrar una solución definitiva a la cuestión. “Evitar tensiones es vital para la estabilidad de la región”, afirmó.


El Papa concluyó su discurso recordando la importancia de la oración y la fe como cimientos de la esperanza. “Un pueblo que reza tiene futuro”, proclamó, destacando que no solo los bienes materiales son importantes, sino también el cultivo del espíritu. Reiteró que la fe cristiana no debe reducirse a rituales, sino a una vida inspirada en el amor a Jesucristo y el compromiso con los demás.

En su visita a Papúa Nueva Guinea, el Papa reafirmó la misión de la Iglesia de acompañar a los más necesitados y alentó a las comunidades cristianas a continuar con su labor solidaria en cooperación con las instituciones públicas. Como Sucesor de Pedro, Francisco dejó un mensaje claro: "La oración y la esperanza son esenciales para construir un futuro en paz y justicia".



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